domingo, 7 de abril de 2024

“Compartir con los niños y admirar a todo dar el amor de Dios”

 

Experiencia de misión, Semana Santa 2024
“ENCIÉNDEME: Para ser Testigo de tu Amor”


Amanda Adames, Santiago de los Caballeros


Las palabras no son suficientes para expresar mis sentimientos y gratitud por esta oportunidad. 
Ir a misión me transformó, me di cuenta que el amor de Dios está presente en cada lugar, cada espacio y  en cada segundo de vida… Fui testigo de su amor. La comunidad El Valle, Elías Piña, me ha dejado muchas lecciones de vida, a pesar de el difícil acceso a las necesidades básicas que existe, sentí que lo tenía todo.
La cálida bienvenida de los residentes, las sonrisas, la esperanza, la alegría y las bendiciones que recibí conforman el mejor recuerdo que permanece en mí. Cada día era más emocionante, pues siempre había una nueva experiencia por descubrir, nuevas anécdotas y nuevos recuerdos por crear. 
El cansancio y la dificultad de los caminos era agotador, pero compartir con los niños y admirar a todo dar el amor de Dios a través de ellos, provocaba que dejara eso al olvido. Definitivamente, encontré la felicidad en la comunidad y la fraternidad en los misioneros que me acompañaron, los cuales se han convertido en mis maravillosos amigos. 
Desde aquí abrazo con el alma a la comunidad El Valle… espero volver de misión por allá. ¡Los extraño demasiado!

Con mucho amor, Amanda Adames



“Jesús es nuestro puente y, al rededor nuestro, coloca personas que también lo son”

 

Experiencia de misión, Semana Santa 2024
“ENCIÉNDEME: Para ser Testigo de tu Amor”


Lissette Checo, Santiago de los Caballeros



Una experiencia que nos hace darnos cuenta de la realidad humana que muchos atraviesan fuera de nuestra cotidianidad, donde todos experimentamos ser vasijas medias llenas, a pesar de eso, brindamos nuestro acompañamiento, servicio, amor, además fuimos llenados de enseñanzas, valores y vimos maneras distintas de pensar y vivir. 
Allí, en el Valle de Elias Piña, conectamos con muchos, pero especialmente, nos reencontramos con el autor de nuestras vidas, Dios. Sabiendo que todos afrontamos fronteras, aunque unos más que otros, Jesús es nuestro puente y, al rededor nuestro, coloca personas que también lo son. 

El cansancio, el hambre y los pies descalzos nunca fueron obstáculos para que los niños nos acompañaran a cada actividad que hacíamos, al contrario, nunca faltó una sonrisa, un abrazo, una tomada de mano, las cuales nos hacía sentir su cálida amabilidad y felicidad por tenernos allí. 

Misión semana santa, fue el mejor regalo que pude recibir, y espero que otros puedan vivir esta hermosa experiencia para ser testigo del amor de Dios.


El Resucitado en lo alto de la montaña

 

Experiencia de misión, Semana Santa 2024
“ENCIÉNDEME: Para ser Testigo de tu Amor”


Cristopher Callejas 



Después de varias horas de viaje desde Santo Domingo hasta la provincia de Elías Piña, provincia fronteriza con Haití, llegamos a nuestra primera parada, la comunidad de la Congregación Hijas de Jesús. Ahí nos trasladamos de una guagua confortable a un camión en el que usamos nuestros equipajes como asientos. Nuestro propósito era subir a la montaña, lugar de encuentro y de misión para esta Semana Santa.
El entusiasmo de los jóvenes misioneros me cautivó desde el principio. Se sentía su deseo por vivir libremente esta experiencia, sus miradas expresaban anhelos e inquietudes que fui descifrando con el pasar de los días. Nos convertimos en una comunidad de personas convocadas por el Señor para ser testigos de su Pasión, Muerte y Resurrección.

Gestos de esperanza en la montaña

Mientras subíamos la montaña, el paisaje se volvía vacío, pero espectacular. En cada curva se descubría un paisaje que hacía temblar de emoción. Nos estábamos alejando del bullicio de la cotidianidad. Me acercaba a la experiencia de una Semana Santa distinta. En el camino los pobladores dominicanos-haitianos nos saludaban con alegría, como si ya nos conociesen de algún lugar, mi mirada comenzaba a percibir los primeros gestos de esperanza.

Visitamos cuatro comunidades: El Valle, La Laguna, Rosa la Piedra y Plan Café. El agua es uno de los recursos del que más carecen los pobladores, seguido de la educación y el acceso a atención médica, los alimentos también suelen conseguirse con dificultad; con suerte la gente logra comer una vez al día. Sin embargo, en cada una de estas comunidades, el amor de Dios de gestó de manera distinta. 
Desde el Jueves Santo, los jóvenes recorrimos los caminos para compartir una catequesis y hacer memoria viva de lo que la Semana Santa significa para los creyentes. Brotaron signos de fe y vida que se quedaron enraizados en cada comunidad. Los juegos que realizamos no solo alegraban el corazón de los pequeños, sino que también dibujaban sonrisas en sus rostros hambrientos. Se les notaba el hambre no solo de pan sino de un amor sincero y esperanzador, una esperanza anhelada de Dios.  
La montaña y las vidas de todas las personas fueron parte importante del misterio de Dios.  Habían jóvenes que se levantaban muy temprano en el frío de las mañanas, oraban el paso de Dios por sus vidas, luego se disponían a desayunar una deliciosa taza de chocolate con pan. Esta disposición habría las puertas al encuentro diario con Jesús.
 
Tuve la suerte de contar en el camino diario con la compañía fraterna de varios jóvenes: 
Gabriela, una joven sonriente y amable, estudiante de psicología. Cada día ella estaba dispuesta a buscar a los niños de casa en casa para que nadie se quedara sin asistir a los encuentros. 
Laury, quien está cursando la carrera de publicidad, fue la coordinadora de nuestro grupo. Es una joven con una alma sensible, un corazón afable e inquieto.
Israel era la energía andante, con un gusto peculiar por la cocina y con un servicio sin cansancio. 
Braian, quien a pesar de su dificultad con la columna participó de la misión y se disponía a caminar para jugar con los pequeños.
Beulah, una hermana religiosa Hija de Jesús quien durante años ha colaborado en la ardua misión de su congregación. 
Yordi, un niño inquieto; Yésica, con una sonrisa serena; y Lina, con su mirada peculiar, nos abrieron el camino hacia la misión desde el primer día.

La Transfiguración en el rostro de la gente

Vivir esta misión en la montaña me hizo recordar la escena del Evangelio según san Mateo en que Jesús toma consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte, a un monte alto. Se transfiguró delante de ellos: poniéndose su rostro brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz (Mt 17, 1-2). Durante esta Semana Santa, la Transfiguración del Señor se expresó en los ojos brillantes de los niños y en las abuelas que caminaron junto a nosotros en el Viacrucis. La Pasión del Señor se hizo carne entre nosotros.

Para el sábado en la tarde, el Resucitado ya se hacía presente entre el gozo y la energía de los jóvenes misioneros y los niños que nos habíamos reunidos para celebrar la Pascua. Al terminar la celebración, compartimos un arroz con leche que los pequeños disfrutaron con mucho agradecimiento. El Espíritu del Resucitado se representó en la gratitud viva que sentimos en un momento de baile que todos disfrutamos.
A la mañana del domingo, los misioneros bajamos de la montaña con el Resucitado. En mi interior, yo me despedí de la montaña y de sus habitantes, agradecido por haberme mostrado el rostro misericordioso y amoroso de Dios, con el deseo y la esperanza de volver a esas tierras de nadie.





“TODO LO VIVIDO me hizo conectar con Dios”

 

Experiencia de misión, Semana Santa 2024
“ENCIÉNDEME: Para ser Testigo de tu Amor”


Francisco Javier, Cotuí



Si me preguntan qué es Semana Santa, mi respuesta sería que es sentir y vivir.  En esta experiencia recordé mi infancia cuando carecíamos de algunos recursos y ni se pensaba en tecnología. También, me marcó mucho recordar lo  vivido por  Jesús: su pasión, muerte y resurrección. ¡Cuánta alegría sentí de hacerme parte de esta celebración! Me hizo sentir vivo y me confirmó que ha sido  mejor que ir a la playa, piscinas o bonches. 

La misión me enseñó lo que  es vivir en comunión y el verdadero sentido de ayudar a los necesitados. TODO LO VIVIDO me hizo conectar con Dios y ha marcado un antes y un después en mi vida. Aunque no ha sido mi primera experiencia en misión,  pero esta me hizo sentir pleno con Dios, pues pude ver el rostro del crucificado ante tantas gentes que sufren pobreza, hambre, falta de los servicios básicos  como lo es el agua, la electricidad, entre tantas otras que son  importantes para sobrevivir.  



El Valle, tierra de nadie...

 

Experiencia de misión, Semana Santa 2024
“ENCIÉNDEME: Para ser Testigo de tu Amor”


Laury Coca, Santiago de los Caballeros



Entre las montañas, con el sol ardiente en las mañanas y el frío paralizante de las noches.
Con la esperanza de la lluvia para cultivar alimento, con la fe como alimento para el alma. Con gente que ama de manera genuina, capaces de curar a otros a través de las sonrisas.
Una comunidad olvidada, viva bajo la misericordia de Dios. Con niños alegres, y adultos cansados, pero llenos de esperanza y fe en el resucitado. El valle, tierra de nadie, nos enseña la magia de admirar las pequeñas cosas, a ser agradecidos de cada instante vivido, conscientes de las realidades precarias que nos rodean. Una experiencia única, que cambia nuestra manera de ver el mundo, confirmando que existe más alegría en dar que en recibir.

En todo amar y servir





"Allá en El Valle"

 

Experiencia de misión, Semana Santa 2024
“ENCIÉNDEME: Para ser Testigo de tu Amor”


María Esther Comprés, Santiago de los Caballeros


Ser misionera ha  sido una experiencia de reencuentro con el verdadero propósito de mi vida. Ha sido un volver a los brazos de Jesús, un recordatorio de que esas palmas agujereadas del Cristo crucificado extienden su amor hacia mí y me piden compartir su profundo cariño con la humanidad que me rodea, el ambiente que me contiene, la vida que me sobrepasa. 
Al llegar a la comunidad de El Valle, tenía yo presente en mi mente y en mi corazón, una petición muy precisa y meditada, la cual hice oración: hazme sentir, Señor, hermana del otro. Que no vea yo sus sufrimientos y necesidades desde afuera; hazme parte ¡Oh, Cristo! de la precariedad y de la miseria; y así mismo, llévame a sonreír con ellos, que adopte yo su esperanza y me transformen sus ojos y mirada cálida. 
Que contemple yo aquellos estómagos alzados por la desnutrición, los pies cargados de cansancio de cansancio, los brazos desnudos en medio del frío, esas casas carentes de todo sustento y esas preciosas almas que buscan tu consuelo.
Deseo dejar en aquel sitio todo orgullo, vanidad y prepotencia que alguna vez he tenido o sentido. Y en su lugar, tomo la más sincera humildad y conciencia. Me llevo el recuerdo de todas esas caras morenas agotadas, la memoria de aquellas jubilosas y maltratadas infancias, y, sobre todo, conservo en mi espíritu el ardiente deseo de seguir buscándote a ti, Jesús.
Vienen a mi mente las palabras de Santa Teresa de Calcuta:
Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed, dame alguien que necesite agua;
Cuando sienta frío, dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra, dame alguien que necesita consuelo;
Cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo, dame alguien que necesite de mis minutos;
Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien;
Cuando esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi
comprensión;
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda
atender;
Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.
Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, también nuestro
amor misericordioso, imagen del tuyo.




“Sentí una llamada interna de llevar el amor…”

 

Experiencia de misión, Semana Santa 2024
“ENCIÉNDEME: Para ser Testigo de tu Amor”


Francisbelle Zapata - Santiago de los Caballeros


El viaje a Elías Piña durante la Semana Santa fue una experiencia que me tocó profundamente el corazón. Sentí una llamada interna de llevar el amor y la esperanza a aquellos que enfrentan desafíos inimaginables en su día a día. Al llegar a esta comunidad, rodeada de una pobreza palpable, me encontré con personas que luchan por sobrevivir en condiciones extremadamente difíciles.

Caminar por las calles polvorientas y ver las precarias condiciones en las que vivían muchas familias me hizo confrontar la realidad de la desigualdad y la injusticia. Sin embargo, también presencié una fortaleza y una resiliencia en estas personas que me conmovieron profundamente. A pesar de sus circunstancias, encontré una fe inquebrantable y un sentido de comunidad que me enseñaron lecciones de humildad y gratitud.

Enseñar sobre Dios en este contexto no se trataba solo de transmitir palabras, sino de compartir amor, consuelo y esperanza. Fue un recordatorio poderoso de que la fe puede ser un refugio en medio de la tormenta, una luz en la oscuridad más profunda.

Regresé de esta experiencia con el corazón lleno de gratitud por la oportunidad de servir y aprender de estas personas valientes. Recordé que, incluso en medio de la pobreza y la adversidad, el amor y la compasión pueden florecer. Y aunque el camino hacia la justicia y la equidad puede ser largo y difícil, sé que cada pequeño acto de bondad y solidaridad cuenta, y estoy comprometida a seguir haciendo mi parte para construir un mundo más justo y compasivo para todos.






viernes, 22 de marzo de 2024

. Alégrense con nosotras familia!!!

 



Compartimos con ustedes la grata noticia ocurrida  el día 19 de marzo, fiesta de San José, de los primeros votos de nuestras nuevas Junioras:  Gabriela Núñez Peralta, Madelyn   Nuñez Dominguez e Isairis Valerio Domínguez, quienes dieron en el Noviciado de Córdoba, Argentina, su primer si a Dios, llenas de entusiasmo, alegría y confianza en el Dios que las llamó desde esta Congregación de Las Hijas de Jesús, a ser testigos de su amor en todo el mundo.   La eucaristía se realizó en la Capilla de nuestro Noviciado y fue presidida por el Jesuita Francisco Arrondo y el párroco emérito de Santa Inés. 

Con ellas agradecemos a Dios por tanto bien recibido.    Las tres son exalumnas del Politécnico Nuestra Señora de las Mercedes de Santiago.  Estarán viajando pronto a nuestro bello país, de vacaciones con sus familias y luego partirán al Juniorado Internacional que actualmente tenemos en Granada, España, para avanzar en su proceso de formación como buenas y verdaderas Hijas de Jesús. Alégrense con nosotras familia!!! 
























miércoles, 28 de febrero de 2024

EJERCICIOS ESPIRITUALES DE CUARESMA PARA LOS EQUIPOS DE GESTIÓN

El pasado fin de semana (23, 24 y 25 de febrero) los Equipos de Gestión de las diferentes escuelas de la Congregación de las Hijas de Jesús en República Dominicana participaron de los Ejercicios Espirituales del tiempo de Cuaresma. Estos fueron guiados por la hermana Kenia Cedeño, quien hizo la invitación a todos los participantes de "No ser sordos a la llamada de Dios” (ejercicio 91) y a “conocer a Jesús muy desde dentro, para más amarlo, mejor seguirlo” (ejercicios 104).

Todas las pautas o propuestas de oración fueron orientadas desde la segunda semana de ejercicios de San Ignacio de Loyola. Estas llevaron a los ejercitantes a contemplar la llamada del Reino, la vida pública de Jesús y la respuesta a la invitación que él hace. 

Muchas fueron las gracias recibidas o los frutos recogidos en las experiencias vividas en los ejercicios espirituales, como: la confirmación de que Jesús sigue llamando, eligiendo a cada persona de manera especial, que ha estado presente en cada historia, perdona, mira con amor misericordioso y llena de alegría el corazón de quien decide seguirle. 

Al final todos se sintieron agradecidos de la experiencia vivida y la oportunidad que da la Congregación desde el Equipo de Animación del Carisma de propiciar  espacios para los ejercicios espirituales. 









lunes, 2 de octubre de 2023

APERTURA JUNIONADO INTERNACIONAL EN GRANADA

 


La tarde del 24 de septiembre, en Granada, nos reunimos para celebrar la apertura oficial del juniorado internacional. La comunidad actualmente la formamos: Dianny Adon, juniora de República Dominicana, Mayerly Ruiz, juniora de Colombia, Lola Giménez, miembro de la comunidad formadora y Raquel Amigot, maestra de junioras.

Nos acompañaron presencialmente: Rosa Espinosa, provincial de España-Italia; las hermanas de la comunidad de Almería; dos hermanas de la comunidad de Málaga; una hermana de la comunidad de Berrospe de Madrid; una representación de las hermanas de la comunidad enfermería de Granada; la sobrina de María del Blanca del Barrio, Hija de Jesús destinada en República Dominicana, con su marido, y un religioso escolapio destinado en Cuba. Además, sentimos la presencia del cuerpo universal en todas las felicitaciones que nos llegaron de las distintas comunidades. Desde aquí, agradecemos vuestro acompañamiento y cercanía.

La apertura tuvo dos momentos enriquecedores, profundos, en los que experimentamos la fraternidad, la acogida, la pertenencia a un cuerpo que se ensancha:

El primer momento fue la celebración de la palabra. Comenzamos haciendo memoria, a través de las cartas de nuestra Superiora general, de cómo se llega a la decisión de ubicar el juniorado internacional en Granada y, de cuál es el objetivo del juniorado, según nuestros documentos. A partir de ahí, fuimos compartiendo nuestro deseo para este proyecto:

“que naciera desde nuestras raíces carismáticas, que tuviera un horizonte abierto, que estuviera a la escucha de Dios, de la realidad, que tocáramos la vida, a los más necesitados además de formarnos teológicamente, que Dios, Jesús, fueran el centro de nuestra vida, que María nos pusiera con su hijo e iluminara nuestro camino …”

Una vez que nos escuchamos en nuestros deseos nos abrimos a la Palabra de Dios: la casa que se construye sobre roca (Mt 7, 21. 24-27) y nos dejamos interpelar por ella. Cada una fuimos expresando nuestro compromiso personal como expresión de nuestra colaboración para dar consistencia y solidez al juniorado. Fue un momento espontáneo, profundo en el que palpamos la alegría, los deseos de crecer como Hijas de Jesús y de ayudarnos mutuamente. Compromisos sencillos, pero reales, al alcance de nuestras posibilidades y, por ello, sabían a autenticidad y caldeaban nuestro corazón:

“me comprometo a orar por vosotras todos los días, a ser positiva en mis palabras, a abrirme a la novedad del carisma que traen las jóvenes, a dar alas al carisma en vosotras, a dejarme enseñar por vosotras y a ofrecer mi experiencia y trayectoria como hija de Jesús…”

Terminamos poniéndonos en manos de María. Escogimos este día por ser el de los primeros votos perpetuos en la Congregación, por ser un día mariano: la Virgen de la Merced, y en Granada, el día en que la patrona de la ciudad, la Virgen de las Angustias, sale a las calles y es venerada y aclamada popularmente. A ella, nuestra madre, le pedimos que nos proteja y nos ponga con su hijo.

Y el segundo momento fue un compartir fraterno en torno a la mesa. Un espacio y un tiempo entrañable, de conversación en familia, sin prisas, saboreando la comida, el diálogo y el encuentro.

Agradecemos lo vivido, el sentirnos parte de un Cuerpo universal al que hemos experimentado vivo y que nos impulsa a crecer en nuestra vocación desde la raíz y comprometidas con las necesidades de nuestro tiempo en nuestra cotidianidad aquí en Granada.

Comunidad del Juniorado Internacional de Granada. Formación inicial