En este Segundo Domingo de Cuaresma, nos resuena la palabra obedecer, que proviene del latín ob-audire, que significa escuchar con atención, y nos recuerda que ser dóciles al Espíritu es, ante todo, un acto de apertura, escucha y acogida. Con este deseo avanzamos en nuestro Camino Cuaresmal hacia la Congregación General XIX, profundizando en el segundo párrafo de la Oración por la Congregación:
Concédenos ser dóciles al Espíritu, la gracia del discernimiento que nos invita a examinar los caminos recorridos y a elegir lo que hoy daría más vida a este Cuerpo en Misión.
Nos ilumina la Palabra
Ocho días después de estos discursos, tomó a Pedro, Juan y Santiago y subió a una montaña a orar. Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestidos resplandecían de blancura. De pronto dos hombres hablaban con él: eran Moisés y Elías, que aparecieron gloriosos y comentaban la partida de Jesús que se iba a consumar en Jerusalén. […] Al entrar en la nube, se asustaron. Y se escuchó una voz que decía desde la nube: —Éste es mi Hijo elegido. Escuchadle. Al sonar la voz, se encontraba Jesús solo. Ellos guardaron silencio y por entonces no contaron a nadie lo que habían visto.
Lc 9, 28b-36
Nos invita Santa Cándida
“Sigue adelante en el camino comenzado por mí, aunque encuentres obstáculos y tropiezos, y mira que yo te enseño a seguirme dejando siempre tu voluntad, porque me complazco en ver cómo luchan las que me sirven. Anímate a vencer las dificultades y seguir mi voz, y te comunicaré lo que has de hacer”
Santa Cándida María de Jesús – Apuntes Espirituales 14
Nos ayuda para vivir
Haz memoria de alguna experiencia que tengas de verdadera escucha.
¿Cómo ha sido?
¿A qué te has sentido movida/o?
¿Qué has hecho como consecuencia?